Pincha Fueertee

El “pincha” apeló a todos sus titulares y le ganó 1 a 0 al Millonario de Cappa en Quilmes.

El único tanto lo marcó Quiroga en contra. Al conjunto platense le bastó con su oficio para superar a un rival inofensivo, que terminó con nueve por las rojas a Villalva y Cabral.
La ambición sin límites de Estudiantes se alimentó con una ajustada pero nítida victoria por 1-0 sobre River, en Quilmes. De esta manera, el Pincha logró retornar a la cima del Clausura y ya tiene la mente puesta en el duelo del martes ante San Luis Potosí de México, por los octavos de final de la Copa Libertadores. Por su parte, el equipo dirigido por Angel Cappa sufrió su primera caída en el flamante ciclo y volvió a mostrar un rumbo excesivamente dubitativo.

Tal como sucedió en el arranque con Godoy Cruz, los dirigidos por Cappa asumieron la iniciativa mediante una sistemática presión en campo rival e intentaron progresar con juego asociado por las bandas. Pero la ausencia de una referencia en el área fue una carencia que empezó a agravarse con el correr de los minutos. En definitiva, sobraron los toques pero faltaron los remates al arco. La intención de desplegar un juego prolijo, con Ortega, Díaz y Villalva como estandartes, se diluyó ante la falta de precisión para profundizar.

Pero como también sucedió hace siete días contra los mendocinos, llegó un golpe inesperado y se desplomó esa construcción humilde pero prometedora. A los 21, Enzo Pérez envió un centro por derecha que Facundo Quiroga conectó de manera accidental. La parábola de la pelota eludió el esfuerzo del arquero Juan Marcelo Ojeda y el Pincha consiguió una inesperada ventaja. Hasta entonces, el tándem Verón-Braña no comandaba y Sosa era bien marcado en la izquierda. Pero después del tanto, el campeón americano logró asumir las riendas y coqueteó con el segundo en varias oportunidades.

Un cabezazo de Desábato por sobre la salida de Ojeda y otro de Gastón Fernández fueron algunas de las maniobras más peligrosas que tuvo Estudiantes. En tanto, la Gata convirtió un golazo de chilena que fue correctamente invalidado por el línea. Todavía sin rumbo, River estuvo muy cerca de lograr la igualdad en el cierre del primer tiempo, pero Pérez apareció justo a tiempo para despejar cerca de la línea.

En el complemento, River recuperó un poco su orden y fue al frente con más ganas que ideas. La zona escogida para dañar fue la derecha, donde Affranchino intentó desbordar sin éxito. Precisamente, por ese sector llegó la única situación clara de los riverplatenses en el segundo periodo. Fue a los 10 minutos, cuando Villalva se escapó tras un pase de Ortega y sacó un disparo que casi besa el palo de Orión. Poco después, Cappa envió al campo a Buonanotte con el objetivo de potenciar esa presión.

Por su parte, el Pincha no se disgustó al asumir un rol más pasivo y, con los ingresos de Benítez y Núñez, aprovechó los espacios que dejó el Millonario en su zona trasera. Con un oficio clásico de campeón, Estudiantes desactivó los inocentes ataques riverplatenses y lanzó varios contragolpes peligrosos. El clima estaba caldeado desde el arranque del segundo tiempo, cuando Ortega lo había pisado a Desábato en una falta para expulsión. Y esa bomba estalló en el final, cuando Pittana les sacó la roja a Villalva y Cabral por sendas planchas.

Pese a que no desarrolló su mejor versión, a Estudiantes le bastó y le sobró con su jerarquía para quitarle el invicto a Cappa en su ciclo en Núñez. La arriesgada apuesta de Sabella, que puso lo mejor pese a la proximidad del duelo por la Copa, por ahora dio réditos. En cambio, River volvió a su cruda realidad, una delicada situación que exige más que buenas intencione