Argentinos gano en la paternal

Argentinos gano en la paternal





Con dos golazos de Facundo Coria, una de zurda y otro de derecha, ambos desde afuera del área, Argentinos le ganó a Chacarita y se puso a sólo dos puntos del líder, Independiente.

El final en La Paternal fue a puro aplauso, fiesta y loas al Bichi Borghi... Y estuvo bien que así fuera porque Argentinos jugó 45 minutos, los primeros, como para darle toda la razón a su técnico, que en la semana dijo que Estudiantes y Vélez tenían el mejor plantel, pero su equipo era el que mejor jugaba. No quedaban dudas después de ese primer tiempo repleto de concepto de juego, distribución aceitada, dos por uno en cada sector de la cancha... Tan aturdido estaba Chacarita, entre los bombazos de Coria, de izquierda y derecha, que en la última jugada de esa primera parte perdió tres veces la pelota en el intento por salir de su área. Pero Argentinos no acertó el arco... Y ése fue el gran pecado de su tarde casi perfecta.

Ese golpe de knock out que no pudo acertar en la primera parte fue su karma en el complemento. Encima, para sembrar todos los pánicos todos, Zarif les mostró a los suyos dónde quedaba el arco de Peric, con otro remate desde lejos, y a Argentinos se le vinieron los fantasmas. Si con el partido controlado, 2-0 y el tercero por caer, al Bicho le costaba resolver el partido con el tercer gol, ni hablar ya 2-1, cansado después de tanto desgaste, con la pelota repartida y con Chacarita lanzado, jugado por jugado, a la búsqueda de todo o nada...

Argentinos apostaba a una contra. Pero Sosa tuvo una tarde maravillosa de mitad de cancha hasta el área (siempre acomodó bien el cuerpo y le ganó los duelos en velocidad a todos sus marcadores) pero definitivamente espantosa a la hora de definir esos mano a mano frente al arquero. En total desperdició cuatro, claritos, que todavía le deben dar vuelta la cabeza, y que no fueron el comienzo de esta crónica sólo porque igual fue triunfo de Argentinos. Pero no fue el único que se desperidició chances: Calderón falló un cabezazo franco de frente al arco y Pavlovich se comió otro insólito sobre el final. Demasiada baja eficacia para un equipo que mostró un vuelo futbolístico alto, construído desde la jerarquía de la mejor pareja de volantes centrales del fútbol argentino (Ortigoza-Mercier), y que todavía remonta sueños de campeonato.

Demasiado Argentinos, aún con su peligroso déficit de contundencia, para un Chacarita al que le pincharon muy rápido la burbuja del triunfo ante Boca.