La patada del Año

Bonilla fue una síntesis de Boca: se equivocó en los tres goles y vio la roja por una brutal patada."Fue de mala leche", dijo Bertoglio. Esa patada es consecuencia del mal momento que vive Boca".

El Turco Mohamed no podría haberlo dicho mejor. Esa patada, descalificadora, brutal, innecesaria, es un botón de muestra de la desesperación que siente el equipo de Alves. A Breyner Bonilla no le alcanzó con eso. Después de ver la roja por esa descomunal falta a Bertoglio, que terminó en el suelo retorciéndose de dolor, y de los agarrones entre los jugadores de Colón y los de Boca, en la manga se cruzó con el Chacho Coudet y Alfredo Ramírez y terminaron a las piñas, literalmente, separados esta vez por dirigentes y colaboradores. Una vergüenza adentro y afuera de la cancha. Este momento de Boca, el peor en mucho tiempo, y el papelón del colombiano. Escándalo.

"Fue una patada descalificadora y de otro partido. La verdad es que fue la más fuerte que recibí en mi corta carrera. Fue totalmente mala leche", dijo Bertoglio caliente y dolido (en su pierna). El papelón del colombiano, una síntesis del equipo (desorientado primero, nervioso y descontrolado después), empezó a los 14 minutos y lo tuvo como protagonista en los tres goles, en los que le dejó el pasillo libre a Bertoglio para encarar, meter dos goles y una asistencia. Más allá de los errores, Fuertes ya lo había apuntado por un par de cruces. "Mala leche, la próxima te rompo todo", le dijo el punta a Breyner. El colmo, entonces, llegó en el final, cuando su pesadilla de 19 años encaró por la izquierda, Bonilla se tiró con los dos pies para adelante, le dio de lleno con los tapones en las canilleras y el volante debió ser atendido, al tiempo que los jugadores de Colón se le fueron al humo al central. "Fue desmedida y alevosa. Por eso saltó todo el plantel. Hasta el Turco salió del banco como loco", contó Fuertes. "Se puede entender la situación que están pasando, pero tampoco es para que te rompan una pierna", comprendió Bertoglio. "Fue muy fuerte y por eso salté así", se excusó Pirulo. En su camino al vestuario, Bonilla se cruzó primero con Ramírez, que lo increpó con un empujón. Ante la devolución del moreno, Coudet (vio el partido en la manga porque tiene una contractura) intercedió con un cabezazo. Resultado final: piñas, empujones y dirigentes llevándose al colombiano al vestuario.

SANTA FE (CORRESPONSAL).