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TORNEO IVECO DEL BICENTENARIO
domingo, 9 de mayo de 2010
No se le pudo dar al Pincha
Sin la Brujita (fue expulsado en el primer tiempo por pegar un codazo), el equipo de Sabella buscó pero no encontró el camino al gol y se tuvo que conformar con el 0-0 en la cancha de Quilmes, que a falta de una fecha lo deja a un punto de Argentinos, el nuevo líder.
Estudiantes desperdició hoy una increíble chance de llegar puntero a la última fecha del Clausura, al empatar como local 0 a 0 con Rosario Central, condenado a jugar la Promoción, y ahora depende de lo que haga Argentinos ante Huracán, más allá de que consiga un eventual triunfo ante Colón en Santa Fe.
En un día trascendental, Estudiantes no jugó un buen partido y en eso, quizá, influyeron dos factores: el cansancio y el hecho de jugar 59 minutos con un hombre menos por la expulsión de Juan Sebastián Verón, quien se hizo echar por aplicarle un codazo al juvenil Martín Rivero en la mitad de la cancha.
Si bien fue Estudiantes el que tomó la iniciativa al comienzo del encuentro, las recurrentes imprecisiones de sus jugadores en los metros finales, le impidieron romper la igualdad.
Central, mientras tanto, mostraba un libreto sencillo: se agrupaba en defensa y apostaba a la contra, a través de José Zelaya.
El partido no era bien jugado, no se producían situaciones de gol, pero sufrió un cambio brusco en el minuto 31, cuando Federico Beligoy expulsó a Verón por un codazo a Martín Rivero.
A partir de ese momento, Estudiantes perdió el rumbo del partido, porque se concentró más en lo que hacía Beligoy que en hacer su trabajo y dejó que Central se adelantara en ataque.
Central no aprovechó demasiado esa facilidad, aunque en el minuto 40 pudo romper la igualdad, pero José Sosa le robó el balón a Luciano Figueroa, cuando se disponía a fusilar a Orion.
Poco y nada cambió en el complemento. Estudiantes tuvo un poco más la iniciativa, pero eso no redundó en demasiado peligro para Galíndez.
Es más, la primera jugada de gol para el equipo platense recién se produjo a los 31 minutos, cuando Galíndez le tapó un mano a mano a Boselli.
Con mucho menos, Central casi logra la victoria en los pies de Figueroa, pero entre Cellay y la poca puntería del delantero, el gol no pudo concretarse. Los rostros que inundaron la tribuna visitante tras el cuarto gol de Argentinos, el que determinaba la victoria del conjunto de La Paternal sobre Independiente, reflejaron la frustración de una hinchada que había ido a Quilmes a festejar una nueva consagración. La cual, al menos hoy, no se produjo.
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