a VeLeZ LE SOBRA EQUIPO




Vélez está firme en la Copa y no se baja del Clausura: le ganó fácil a Atlético y quedó a cinco de la punta.

A Vélez le sobra equipo. No, no sólo plantel, también equipo. Tiene uno que juega y gana en la Copa. Y tiene otro que juega y gana en el Clausura. En ambos casos el lujo no es vulgaridad. La abundancia marca la diferencia. Y sin necesitad de descular un parado brillante, Gareca ve como la nave va. Buscando ese número 1 en la clasificación a los octavos, para definir todo de local, en la Libertadores. Sumando a lo loco para no alejarse de los de arriba en el ámbito local. Y así, ya casi no importa quién se le para enfrente. O sí, pero no para preocuparse, sino para ocuparse de dar el próximo paso con una firmeza que impresiona.

Zapata exageró un poco cuando dijo que de los dos Vélez que vienen mostrándose el que mejor jugaba era el hogareño. Las diferencias todavía existen. Pero hay que aceptar que ninguno tiene nada que envidiarle al otro. O dicho de otra manera: tanto el 11 titular como el muletto poseen una identidad definida. Saben a lo que juegan. No salen a ver qué pasa. Pueden variar el esquema, pero nunca la filosofía. Atrás son duros, graníticos, ya sea con Otamendi y Domínguez como con Tobio y Torsiglieri. En el medio, como diría Simeone (un hijo de la casa), el esfuerzo no se negocia. Y juegue Somoza, Razzotti o Coronel, como anoche, el objetivo se cumple. Como también se logra el desequilibrio en el mano a mano con Moralez o el Burrito Martínez. Y adelante, el repertorio parece inagotable entre Silva, López, Zárate y Caruso. Así, alcanza para cambiar piezas a piacere.

Que haya ganado apenas 1-0 y con un gol de pelota parada (el primero de Torsiglieri en Primera) no va en desmedro de su capacidad. El Vélez A, B o hasta C es demasiado equipo para este Atlético Tucumán que quiere quedarse en Primera. Por nombres, sí. Y también por rodaje y presente. Tal vez el caso emblemático sea el de la Pulguita Rodríguez: ayer, convocado a la Selección por Maradona e insustituible aunque jugara con fractura expuesta de tibia y peroné en las dos piernas; hoy, desaparecido en acción y reemplazado por su DT para buscar más presencia adelante...

Los manos de Ischuk y cierta desidia al definir le impidió al Vélez B engordar un poco la chapa final. Pero es sabido que igual le alcanzó para sumar el cuarto triunfo en seis presentaciones, meterles presión a los titulares y avisar que es mejor no darlos out del campeonato. Apenas a cinco puntos, con aire, ideas y fútbol, los de Liniers siguen prendidos y quieren más. Les sobra confianza. Les sobra motivación. Les sobra plantel y equipo. Les sobra de todo.